Desde mayo del año pasado, el municipio aledaño a Bogotá había implementado una restricción para vehículos de carga con más de 3,4 toneladas en ciertos tramos viales, buscando reducir el impacto negativo que este tipo de automotores genera en la movilidad y el medio ambiente.
Según datos de la Secretaría de Movilidad, antes de esta medida, entre 7.500 y 9.000 vehículos pesados transitaban diariamente por el municipio. La restricción inicial logró disminuir esta cifra a entre 1.000 y 1.800 vehículos diarios, lo que representó una reducción cercana al 70 por ciento.
Cabe resaltar que esta disminución tuvo efectos positivos evidentes: los tiempos de desplazamiento en la Avenida Pradilla se redujeron de aproximadamente 15 minutos a poco más de 5 minutos, y en la vía Chía-Cota el tiempo de tránsito se redujo hasta en un 50por ciento. Además, la calidad del aire mejoró, pasando de un nivel aceptable (amarillo) a uno bueno (verde), según reportes de la Corporación Autónoma Regional (CAR).
Sin embargo, a pesar de estos avances, la Alcaldía detectó que la restricción inicial estaba siendo vulnerada por prácticas irregulares. Entre las principales irregularidades se encontró un presunto “carrusel de conductores” residentes en Chía que facilitaban el paso de más de cinco tractocamiones diarios a cambio de dinero, amparándose en las excepciones contempladas en el Decreto 364 del 3 de mayo de 2024. Además, se identificaron alteraciones en documentos exigidos para justificar el tránsito, como facturas, remisiones, contratos y certificados de residencia expedidos por la Oficina Jurídica de la Alcaldía.
Para enfrentar estas dificultades y responder al incremento de vehículos particulares que utilizan los corredores viales de Chía para llegar a municipios vecinos como Cota y Funza, el alcalde Leonardo Donoso anunció la implementación del pico y placa ambiental para vehículos de carga pesada.
Esta medida restringirá la circulación de automotores con más de 3,4 toneladas según el último dígito de la placa, en un horario comprendido entre las 8:00 a.m. y las 4:30 p.m. de lunes a viernes. La distribución de la restricción será la siguiente:
Lunes: placas terminadas en 1 y 2
Martes: placas terminadas en 3 y 4
Miércoles: placas terminadas en 5 y 6
Jueves: placas terminadas en 7 y 8
Viernes: placas terminadas en 9 y 0
Durante los fines de semana, la circulación estará regulada de la siguiente manera:
Sábados: circulación permitida solo a placas pares (2, 4, 6, 8, 0) entre 6:00 a.m. y 8:00 p.m.
Domingos: circulación permitida solo a placas impares (1, 3, 5, 7, 9) en el mismo horario.
Además, se mantendrá la restricción total para vehículos de carga pesada en horario pico, de 6:00 a.m. a 8:00 a.m. y de 4:30 p.m. a 8:30 p.m., en tramos arteriales como:
Avenida Pradilla: desde la intersección con la Variante Chía-Cota hasta el Viaducto Central del Norte y hasta la Glorieta de Schapeli, en ambos sentidos.
Avenida Chilacos: desde la Variante Cota-Chía - Glorieta de Schapeli hasta la Carrera Segunda Este.
Carrera Novena: desde los límites con Cajicá hasta la Calle 17.
Anillo Vial Veredal: vías correspondientes a las veredas Cerca de Piedra, Fonquetá, Tíquiza y Fagua.
Aunque la medida contempla excepciones para quienes puedan demostrar que su residencia o actividad comercial está directamente relacionada con Chía, estas deberán ser justificadas con documentos oficiales como facturas, remisiones, contratos o certificados de residencia expedidos por la Alcaldía.
Frente a esto, la administración advierte que la suplantación de estas excepciones ha generado un desgaste considerable en las autoridades, por lo que se fortalecerán los controles para evitar fraudes y garantizar el cumplimiento efectivo de la norma.
La implementación de este pico y placa ambiental busca no solo mejorar la movilidad en Chía, sino también reducir la contaminación causada por vehículos diésel y proteger la infraestructura vial, especialmente la Avenida Pradilla, que según la Secretaría de Obras Públicas no está diseñada para soportar cargas superiores a las 3,4 toneladas.
El incremento del tráfico particular que ingresa a Chía para evitar congestiones en corredores principales de Bogotá, como la calle 80 y la calle 13, ha generado un impacto considerable en el flujo vehicular local. Se estima que cerca del 50 por ciento de los vehículos particulares que actualmente ingresan al municipio no son residentes, lo que agrava la congestión y el desgaste vial.
n este sentido, la Alcaldía considera que la nueva regulación es parte de una estrategia integral para mejorar la calidad de vida de los habitantes, promoviendo un tránsito más ordenado y sostenible. Además, se abre la posibilidad de implementar en el futuro un cobro solidario por pico y placa, que deberá ser aprobado por el Concejo Municipal, como una medida complementaria para financiar el mantenimiento vial y promover alternativas de transporte más limpias.
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La adopción del pico y placa ambiental para vehículos de carga pesada en Chía representa un paso significativo hacia la modernización y regulación del tránsito en el municipio. Esta medida no solo responde a problemas de evasión y congestión, sino que también busca preservar la infraestructura vial y mejorar la calidad del aire, aspectos fundamentales para el bienestar de la comunidad.
Su éxito dependerá del compromiso de las autoridades, la colaboración ciudadana y la implementación efectiva de controles que garanticen su cumplimiento.
Laura Valeria López Guzmán
En X y en Ig: @Lauravalerialo
Redacción Bogotá
EL TIEMPO